En un pintoresco barrio de Buenos Aires, en una bella zona residencial, en una hermosa casa familiar, vivía la Sra. Duran, que era señora porque estaba casada, era bastante joven para decirle Señora, pero así pedía que la llamaran.
La rutina de la Señora Duran era siempre la misma. Amanecía a las 8:00 am, y para las 9:15 am ya había desayunado y bañado. Su marido se iba a trabajar temprano, mucho antes de que la Señora Duran se levantara. Ella no tenía empleo así que era una simple ama de casa, su trabajo diario era limpiar la casa y tener la cena preparada para cuando su marido vuelva.
Como era un matrimonio joven, ellos no tenían muchos electrodomésticos, por eso la Señora Duran iba a lavar la ropa a la Lavandería De la Esquina. Todos los días, a las 5:15 pm, la Señora Duran llegaba a la lavandería para lavar su ropa.
Era viernes por la tarde y la Señora Duran fue a lavar la ropa. Al llegar a la lavandería siempre estaban las mismas personas, Karina, la hija del dueño de la lavandería y desde que la Señora Duran recuerda, Karina siempre estuvo allí atendiendo a la gente. Una anciana de cabellera rubia, que nunca supo su nombre pero siempre estaba allí lavando ropa desde antes que ella llegara, siempre lavaba ropa marrón, y la señora Mamani, que era extranjera, pero no sabía bien de donde, siempre renegaba por las manchas sobre su ropa, ya que tenía muchos hijos y eran muy traviesos. Luego de que la Señora Duran llegara posterior a ella llegaba Miguel, un soltero de unos 30 años, que vivía con su madre, por lo tanto lavaba la ropa de él y de su madre.
Pero esta vez había otra persona. Una anciana extraña, con la cabellera gris y despeinada, vestida con un desaville rojo por fuera y forrado como si fuera un leopardo por dentro, una remera gris manchada con algo que no se puede saber a simple vista, unas calzas negras que apenas llegaban a sus pantorrillas y unos borceguís marrones desgastados.
La Señora del desaville puso toda su ropa en uno de los lavarropas, y hecho un líquido que ella mismo había llevado. A nadie le pareció extraño, ni siquiera a Karina ya que ella conocía a todos los clientes de su padre. La Señora Duran fue al lado de la Señora del desaville y comenzó a preparar la ropa para lavarla. Cuando la Señora Duran se acerco, la Señora del desaville la miro, emitió una especie de gruñido y se fue de la lavandería, dejando su ropa dentro del lavarropas.
Karina intento frenarla ya que la Señora del desaville se fue sin su ropa. Pero no pudo lograrlo, la Señora del desaville salió de la tienda y se fue para la derecha.
-¡ESPERE, SEÑORA!- Grito Karina mientras salía del mostrador hacia la puerta.
Pero cuando Karina salió no había nadie afuera. Miro hacia la izquierda pero solo había un perro husmeando en las bolsas de basura de la vecina. Doblo la esquina, pero la Señora del desaville no estaba más. Pregunto a unos niños de la esquina de enfrente si la habían visto pero ellos negaron haber visto a alguien salir de la lavandería.
Karina, extrañada por la situación, confundida, decidió llamar a su padre. Pero cuando llegaba a la puerta de la Lavandería, esta se cerró como si una ráfaga de viento la hubiera empujado, intento abrirla pero esta estaba trabada. La gente dentro se sorprendió al escuchar el ruido de la puerta. Miguel, el soltero, intento abrir la puerta por dentro pero falló en su intento.
-¡Bueno, no se preocupen, llamo a la Policía!- Dijo Karina a los gritos desde afuera.
-¡Mejor llama a los bomberos!- Dijo de atrás la anciana de cabellera rubia.
La Señora Duran no se asusto para nada, entonces siguió lavando su ropa. Pero de repente el lavarropas donde estaba la ropa de la Señora del desaville comenzó a girar y girar, y luego el lavarropas donde ella había puesto su ropa. Las luces comenzaron a apagarse y encenderse. Luego los demás lavarropas comenzaron a girar también, giraban descontrolados y cada vez mas y mas rápido. La señora Mamani asustada intento salir por la puerta trasera, abrió la puerta pero apenas pudo sacar su cuerpo antes de que esta se cerrara y partiera su cuerpo por la mitad. La Señora Duran exclamo un grito de susto al ver como la puerta partía a la señora Mamani. La Anciana de cabellera rubia se asusto e intento desesperadamente ayudar a Miguel a destrabar la puerta. Pero seguían sin poder hacerlo.
-¡Llama a la Policía! ¡YA!- Exclamo Miguel.
Pero Karina no reaccionaba, estaba shockeada por haber visto como la Señora Mamani había sido partida por la puerta.
Entonces los lavarropas frenaron sin razón, se abrieron sus puertas y un vapor comenzó a salir de estas. El vapor comenzó a invadir toda la lavandería por dentro, este era tan espeso que uno no podía ver a cinco centímetros delante de uno. La Señora Duran comenzó a gritar y gritar completamente asustada. La Anciana de cabellera rubia estaba invadida por la desesperación y entonces trataba de abrir la puerta sin pensar en sus acciones. Miguel tomo uno de los bancos de la lavandería, y lo revoleo contra el vidrio del frente pero este no se rompió y devolvió el banco con fuerza contra Miguel pegándole en su propia frente tumbándolo inmediatamente en el suelo. Karina asustada intento mirar por el vidrio pero no se veía nada.
El Vapor comenzó a subir su temperatura al punto que quemaba la piel. La Señora Duran empezó a gritar más y más fuerte de lo que ya gritaba. La Anciana de cabellera rubia comenzó a golpear con los puños la puerta y sus golpes eran más y más fuertes pero eran en vano. Karina lloraba de desesperación, de miedo. Entonces reacciono y comenzó a llamar a la Policía. Los vecinos reaccionaron a los gritos de la Señora Duran y se acercaron a la lavandería. Algunos intentaron tumbar la puerta pero no pudieron. Entonces la Anciana de cabellera rubia dejo de golpear la puerta, y cayó sobre el suelo, con la piel completamente quemada.
Y los gritos de la Señora Duran se calmaron. La gente se quedo en silencio.
-¡VAMOS A AYUDARLOS!- Grito Karina.
Los vecinos trajeron herramientas para tratar de abrir la puerta pero no funciono, intentaron tumbarlas con palos, troncos, hasta con un banco de la iglesia que estaba a dos cuadras pero no funciono.
El vapor no se disipaba. Karina estaba sentada en el cordón llorando contra sus rodillas. Un vecino se acerco al vidrio para tratar de ver algo a través del vapor pero este estaba tan caliente que había calentado el vidrio tanto que no podías apoyarte en el. Entonces escucharon un grito, Karina se levanto del susto y volvió su mirada hacia la lavandería. Era la señora Duran, que apareció entre el vapor y choco contra el vidrio, tenía la piel quemada, roja y con algunas partes sin piel. Golpeaba el vidrio y pedía ayuda, que la saquen de ahí. Pero algo se asomo de atrás de ella, nadie alcanzo a ver bien claro que era. Fue como si se tratase de un tentáculo que se enredo en el cuello, en la cintura y en ambos brazos de la Señora Duran, y la llevo hacia dentro de la cortina de vapor. Se oyó un grito estremecedor que se pudo oír hasta 10 cuadras desde la lavandería. Y se silencio todo. La gente otra vez quedo en silencio, algunos lloraban de miedo otros se persignaban.
Llegaron los bomberos y la policía, pero ya era muy tarde. Los lavarropas comenzaron a girar de vuelta, tan rápido que se podía oír hasta la calle. El vapor comenzó a disiparse pero aun no se veía bien claro hacia dentro. Recién cuando el vapor se disipo completamente pudieron abrirse las puertas. Los bomberos entraron con sus trajes anti flama y sus mascaras anti gas, pero no encontraron rastro alguno de Miguel, de la Señora Mamani, de la Anciana de cabellera rubia y tampoco de la Señora Duran. Entonces los lavarropas frenaron y emitieron el sonido que te decía que la ropa ya estaba lista para ser sacada. Se abrió una de las puertas y salió la ropa con la que estaban vestidos Miguel, la Señora Mamani, la Anciana de cabellera rubia y la Señora Duran, completamente seca y sin rastro de quemaduras. Karina no podía dejar de llorar, para cuando llego la Señora del desaville, entro a la lavandería y puso la ropa de Miguel, la señora Mamani, la Anciana de la cabellera rubia y la Señora Duran en un canasto y salió de allí.
Karina grito de locura al ver a la Señora del desaville, grito de desesperación. A tal punto que los policías debieron llevársela.
Este evento quedo en la historia del barrio, tanto que la gente comento esto durante años. La familia de la Señora Mamani, triste por la pérdida de su madre regresó a su país y nada más de ellos se supo. La anciana de cabellera rubia no tenía marido y tampoco hijos. La madre de Miguel sufrió tanto por la muerte de su único ser querido que se suicidio. El marido de la Señora Duran sufrió por la muerte de su esposa durante años antes de volver a amar y poder casarse otra vez. La gente dijo no conocer a la Señora del desaville y nunca más se la volvió a ver. El Padre de Karina cerró la lavandería a la siguiente semana del accidente y se mudaron del barrio. La gente del barrio comento que Karina quedo encerrada en un manicomio en las afueras de Buenos Aires. Y nunca más volvió a lavar su ropa.
FIN.
Si, si, lo se, no te asustaste con esto, pero es divertido, al menos yo me diverti dejando volar mi infantil imaginacion.
Hasta Luego.
Cerca cerca, cerca esta el post de Sonico.
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